Bisexual: persona que se siente atraída tanto por Juan como por Juana y no le importa con quién de los dos acabe en la cama. Esta es la definición que propone, entre el chascarrillo y la rima, Tracey Cox en Hot sex. Pero ¿qué son realmente los bisexuales? ¿Unos listos que, como dice Woody Allen, tienen el doble de probabilidades de ligar una noche? ¿Una posición intermedia entre la homosexualidad y la heterosexualidad? ¿Unos/as depravados/as que se tiran a todo lo que se mueve? Nada de esto.
“Hay que diferenciar el sexo genital —sólo hay dos, masculino y femenino— de la sexualidad, el aspecto psicológico con el que nos relacionamos con nuestro sexo y, por último, de la erótica o expresión de la sexualidad. Y aquí es donde la mayoría —algunos autores hablan de un 74%— es bisexual, no porque tenga relaciones con ambos sexos sino porque en su interior existe la posibilidad de tenerlas”, explica la sexóloga Pilar Cristóbal. “La mayoría opta por lo más asequible, los modelos más visibles: el heterosexual y después el homosexual; no resulta cómodo definirse como algo poco conocido, no tiene unas señas de identidad propias como formas de vestir, música…”, añade Gregoria Ramírez, psicóloga y sexóloga del Colectivo de Salud Avansex (Sevilla).
“Entre los 12 y los 17 años mi máxima aspiración eran las chicas, pero nunca dudé que los chicos me gustaban. Con 17, y hasta hoy, empecé a compartir cama con hombres y mujeres. No importa con qué sexo te acuestas, sino la persona con quien haces el amor”, cuenta Manuel, de 21 años. Fuera tópicos: la bisexualidad no es un estado permanente, ni una fase de transición hacia la homosexualidad, ni un factor de promiscuidad. “Hay bisexuales monógamos sucesivos que primero tienen una pareja homosexual, luego una heterosexual…”, explica Cristóbal.
Amparados a veces por movimientos gay, los bisexuales se han organizado como colectivo, montando conferencias en el ámbito europeo.“ Todo ser humano parte del componente bisexual y se va definiendo hasta decantarse por el modelo masculino o el femenino. Quien no logra combinar los modelos que le propone su cultura sería bisexual. La teoría psicoanalítica considera esta orientación como inmadurez. Para otras, es una opción más”, señala el sexólogo Cosme Puerto.
“Si te das cuenta en la adolescencia, se puede asumir con relativa facilidad. Si ocurre de adulto es más problemático: debe renunciar a todo lo establecido cuando el cambio es de heterosexual a homosexual; al revés es menos complicado porque es volver al redil”, explica Cristóbal. “Tengo 19 años y me declaré bisexual hace unos meses. He tenido novios, amigos y amigas, pero sentía sensación de bienestar y atracción hacia ciertas mujeres. Al final, me he dado cuenta de que me gustan tanto hombres como mujeres, aunque no en el mismo grado”, cuenta Manuela. Y otra cuestión:
¿Cómo lidiar con un/a novio/a bisexual? Pues como con otro/a cualquiera: “Si tu compañero/a es bisexual sólo tendrás que asumir que igual su ex era de su mismo sexo”, comenta Cristóbal. Lo que duele es la traición, ¿qué más da si tu amante te abandona por Juan o por Juana? Pero si ese/a bi tiene un inquietante parecido con tu pareja soñada… carpe diem.
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