La Adonia es un rito anual de carácter funerario y simbólico que se celebra en honor a Adonis, ligado profundamente al ciclo de la vida, la muerte y el renacimiento. Su representación incluye elementos de despedida y preparación para el más allá, siguiendo tradiciones que datan de la antigua Grecia. Aunque el culto histórico a Adonis tiene raíces orientales, fue ampliamente adoptado en Grecia, especialmente en Atenas, donde se mezclaron los elementos locales con los rituales importados, convirtiéndose en una celebración significativa del calendario religioso.
El rito comienza con un "brindis fúnebre", utilizando zumo de granada, una fruta de connotaciones simbólicas profundas. En textos antiguos como los Himnos Homéricos se menciona la granada en relación con Perséfone, hija de Deméter, quien al consumir sus semillas quedó condenada al inframundo, lo que da inicio al mito del ciclo estacional y su estadía en el Hades. El zumo, mezclado con ratafía -un licor elaborado con hierbas, similar a antiguas preparaciones de licores medicinales griegos-, se consume de un solo trago, simbolizando el final de un ciclo de vida y la entrada al reino de los muertos.
Después del brindis, los participantes se dirigen a la necrópolis, siguiendo una práctica que evoca los antiguos ritos de despedida. Heródoto en Historias, describe la decoración de tumbas con ramas y frutos, una costumbre también observada en monumentos fúnebres griegos. La granada entera que se lleva simboliza la esperanza de una vida próspera en el más allá, una reserva simbólica de alimento para el difunto. Arrojarla desde un barranco o colina remite a antiguos ritos de sacrificio y a la creencia en el poder de los dioses para otorgar bendiciones en el inframundo.
Al regresar a casa, se encienden velas pequeñas y discretas. En el contexto de la Antigua Grecia, la luz era símbolo del alma y de su paso seguro hacia el más allá, como menciona Platón en sus diálogos sobre el alma, "Fedón". Las velas trazan un sendero, una especie de "camino de almas", que guía a los espíritus hacia el descanso, recordando las lámparas de aceite usadas en los misterios de Eleusis.
El cuidado de la planta de menta es una tradición simbólica que evoca a Mentis, transformada en esta hierba por Deméter como castigo. En el Deipnosophistae de Ateneo, se menciona que la menta, al ser ofrecida en los hogares, tiene un poder purificador y está ligada a Perséfone, representando tanto el dolor de su rapto como la esperanza de su retorno anual.
Finalmente, se desmantela el altar doméstico, guardando cuidadosamente cada elemento. Este gesto marca el fin del ciclo religioso anual y el comienzo de una etapa de renovación, similar al "katadesmos", o encantamiento de clausura, practicado en cultos privados según Plutarco en su Sobre Isis y Osiris. Al guardar los íconos y piedras del altar, se despide el ciclo anual dodecateísta, permitiendo el inicio de un nuevo año en el culto a los dioses olímpicos.
La celebración de la Adonia, tanto en sus antiguas formas como en sus interpretaciones modernas, refleja un profundo simbolismo de muerte y renacimiento, que conecta a los participantes con el ciclo eterno de la naturaleza y el universo.
Este es el momento del adiós, espero rencontrarnoa en el próximo plenilunio de enero para celebrar a Hera
Χαῖρε καὶ εὐδαιμονεῖν.
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